martes, enero 03, 2006

Mi Gran Casamiento Griego (My Big Fat Greek Wedding)


En algún post comente que no volvería a trabajar con griegos o para griegos, había tenido ya malas experiencias a ese respecto, pero nunca me había percatado de un detalle, los griegos no me encantaban por algo… por que se parecen a mi familia.

Este fin de semana en la tranquilidad de mi hogar con toda mi familia (somos cuatro, papá oso, mamá osa, hijo osote e hija osita) vimos una película que ahora se las recomiendo a todas luces: Mi Gran Casamiento Griego, la teníamos hace tiempo, y yo por mis prejuicios (que digo que no los tengo…) no me animaba a ver.

No voy a contarles la trama. Asombrosamente me vi reflejado en ella. Pequeños detalles de relaciones interpersonales como; pareciera que a nadie de tu familia se interesa por lo que tu haces, si es que haces algo que comúnmente no hace tu familia; cualquier oposición o crítica a las decisiones patriarcales (o matriarcales en mi caso) son vistas como una ofensa y la cabeza de la familia se siente atacada directamente rompiendo en llanto dejándote como el malo de la película. Eres la oveja negra, bueno… lo soy.

Siempre alguien ya ha decidido por ti algo que tú querías decidir, por insignificante o importante que sea, tu querías decidirlo; o tu propones algo interesante y nadie te da pelota, pero cuando lo dice algún miembro mayor o un pariente político que ha hecho MBA (pero que ni siquiera ha sabido manejar eficientemente un pequeño negocio), es una idea asombrosa y todos la celebran, pero… se te ocurrió a ti primero!!

Nunca olvidaré los tijerales de la casa en la playa que se hacían todos los fines de semana; matando corderos y festejando un mogollón de gente hasta la madrugada (ves? igual que los griegos!!), o del bautizo de mi sobrino y ahijado en la casa de mi madre donde se faenó un ternero, y se invitó a toda la cuadra además de las familias de parte mía y de mi cuñado, los amigos de la familia, médicos, contadores…

Este fin de año todos se fueron a ver los fuegos artificiales a viña, yo no fui, fue muy apresurado y no me gusta decidir apresurado, así que no fui; mi hermano, que a última hora no sabía que hacer, fue, con su señora. Allá estaban mi hermana y mi mamá.

Nosotros nos quedamos en casa de mis suegros acá en santiago. Es su única hija. Aunque ella no quería. La pasamos tranquilo. Comimos uvas y champaña con algo de oro en las copas. Llevé una maleta… por si las moscas, siempre llevo una maleta, ahí llevo las herramientas. No hubo fuegos artificiales.

Para el día de mi casamiento quisimos hacer una ceremonia modesta, austera. Nos casamos en una capilla del barrio y ahí mismo realizamos un pequeño cóctel. Nos casamos al medio día. Lo que no sabíamos es que en casa de mi madre tenían preparado un gran almuerzo con todos los que no pudieron ir a la ceremonia; mesas y mesas, vino, asados por todos lados, todos mis amigos, parientes y los vecinos… hasta la madrugada.

Me compré una casa a media cuadra de mi madre en la misma calle, soy el que tiene más cerca, la ayudo, trabajo con ella en lo que me alcanza el tiempo, ella también me ayuda, una mano lava a la otra. Bueno, es mi familia… y siempre va a estar ahí. Como no quererla.
comenten · es gratis · vamos · retroalimentacion · posteado por sercon a las 01:58 4 escribieron y dijeron